MØNØ es ingeniero de sonido, DJ y productor musical que, desde el año 2019, ha trabajado en desarrollar un sonido propio que transmita dinamismo, creatividad y euforia, fusionando géneros como Acid Techno, Psytrance, Industrial Techno y Hi-Tech. Su formación como ingeniero de sonido le ha permitido comprender a fondo el proceso musical desde la producción, dominando áreas como el mastering, live sound, mixing y recording.
Este recorrido lo llevó a crear Mush Rooms, una fundación cultural enfocada en el desarrollo de talento local a través de clases, eventos y otras actividades que buscan ayudar a los artistas a comprender y definir su propósito musical. Además, MØNØ es fundador de Sound Division, una empresa dedicada al alquiler de sonido para eventos.
Entrevista:
¿De dónde nace el amor por la música?
Bueno, la música siempre ha sido un acompañante desde que tengo uso de razón y conciencia. Mi papá fue un gran melómano. Sin embargo, este amor por la música electrónica surgió, digamos, en el colegio, escuchando, como todos, a David Guetta, Tiësto, es decir, el IDM comercial que sonaba en ese entonces. Y pues, poco a poco, ese gran tentáculo de la música electrónica me fue impulsando hacia abajo y más abajo. Entonces empezó esa depuración.
Un día encontré el techno y, bueno, empecé a divagar y a profundizar mucho más en toda la música, hasta que llegó una fiesta muy especial organizada por un colectivo llamado Acid Resistance, con Zico a la cabeza de este gran proyecto. Esto fue hace muchos años, cuando existía Klan 31 —no sé si lo recuerdan.
Bueno, en ese entonces, cuando existía Clan 31, trajeron a The Geyser. Me enamoré esa noche del Acid. De verdad, cambió mi vida, y desde ahí dije: “Bueno, esto es lo que quiero”.
Antiguamente, empecé mi carrera de forma empírica. Luego se me dio la oportunidad de estudiarla profesionalmente en una universidad. Aprendí vinilos, estudié ingeniería de audio y, desde ahí, tuve las herramientas para meterme de lleno en este mundo y empezar a construir mi carrera.
¿Cuál es el sonido o qué es lo que más te gusta de tus tracks?
Bueno, siento yo que, desde la producción, lo que más me impulsa siempre ha sido la psicodelia. Es decir, mi alma máter fue el Acid Techno; sin embargo, el Psy-Trance también ha sido parte de mi corazón desde hace mucho tiempo. Entonces, toda la música que yo hago va enfocada al Acid Techno, pero con muchos sonidos que evocan una ceremonia, como de medicina ancestral.
Son sonidos que no son únicamente muy Psy-Trance, pero tampoco completamente techno. Es un vaivén entre la psicodelia. Los del Psy-Trance dicen que es muy techno para ser Psy-Trance, y los del Acid Techno dicen que es muy psicodélico para ser Acid. Entonces, es simplemente un ir y venir, explorando lo que mi alma quiera expresar.
¿Cómo nacio Mushroom Recordings?
Nació como mi tesis de grado, de hecho. Surgió como un formato de fiestas en 360°, con sonido surround. Cuando ya estaba en los últimos semestres de la universidad, me enseñaron postproducción para cine y televisión, y pues, claramente, quedé encantado con la mezcla 5.1 Surround y Dolby Atmos. Entonces pensé: ¿por qué no existe esto en versión fiesta?
¿Cómo así que en el cine la imagen evolucionó a 4K o 8K, en pantallas de tercera dimensión, pero seguimos escuchando en estéreo, igual que en los años 80? ¿Qué pasó con la alta definición del sonido? ¿Por qué seguimos escuchando en MP3 y no en WAV? Bueno… etcétera. Pero igual, seguimos en estéreo, escuchando solamente de adelante hacia atrás, y eso es una versión totalmente irreal de lo que es la música y el sonido. Nosotros siempre estamos escuchando en todas las direcciones.
Entonces, claramente, meter la música en un formato 5.1 —que ya existe, aclaro— pero llevarlo a una escala comercial, más enfocada en la música electrónica y el live performance, fue la idea que me impulsó a desarrollar esa tesis de grado.
Recapitulando, Mush Rooms nació a partir de eso: de la postproducción para cine, con la intención de crear un evento de música electrónica donde las canciones estén mezcladas tridimensionalmente, y donde el sonido viaje de atrás hacia adelante, generando esa realidad sonora que vivimos naturalmente, una experiencia inmersiva, tridimensional.
A partir de ahí empezaron a surgir proyectos aledaños. Surgió el sello discográfico. Empezamos como eventos, y eventualmente nos convertimos en un sello que impulsa el sonido del techno colombiano, con raíces y productores exclusivamente locales. De hecho, ahí están Funktribu, Sunny K, Lourdes… hemos lanzado en CD, también tenemos un vinilo, y están todos estos artistas locales que hoy en día están en el hype, pero que, al fin y al cabo, son quienes marcan la parada en la escena.
Después de eso, también se convirtió en academia. Formamos, certificamos estudiantes, damos clases de DJ y producción. Básicamente, eso. Y a raíz de todo este proceso, nació un “hermano”, por así decirlo: una tangente que fue una empresa de sonido, que también surgió desde ahí.
Entonces hoy, somos sello discográfico, eventos, academia y también empresa de sonido. Somos como una gran casa que engloba todo, pero siempre con la misma mentalidad: impulsar el talento local y llevar el mensaje colombiano al mundo.
¿Qué música suena en tu mente antes de llegar a un rave?
No ninguna, en blanco. De hecho, procuro no saturarme porque, bueno, voy a escuchar tres o cuatro horas de música. Quiero mis oídos claritos, limpios, sin distracciones. Entonces, ni siquiera escucho radio. Prefiero permanecer en silencio para que el oído llegue súper fresco al evento y así poder tener la máxima claridad a la hora de mezclar.
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